Compradores de la nueva versión de la PS5 — el modelo CFI-1100B que acaba de llegar a las tiendas — han publicado vídeos que demuestran que es peor que la PS5 original.
Técnicamente, la afirmación es correcta. Pero, probablemente, no merezca la pena preocuparse.
En los vídeos la PS5 corre a 55 grados Celsius, aproximadamente tres grados más caliente que la PS5 original cuando funciona a pleno rendimiento. Y también más que la Xbox Series X.
El aumento puede ser ligeramente preocupante. Al fin y al cabo, la PS4 se sobrecalentaba a la misma temperatura. Sin embargo, sigue siendo más fría que la PS4 Pro, que llegaba a alcanzar los 65 grados centígrados.
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Parte de la razón del aumento de la temperatura su disipador de calor ligeramente más pequeño. Su estructura interna es también algo diferente y modifica la forma en que el aire fluye por la consola. Aún así, el efecto es mínimo, como decimos.
Esto significa que no tienes que preocuparte por el nuevo modelo de PS5 más de lo que te preocupabas por una PS4, PS4 Pro o incluso una Xbox One X. De hecho, según GamesBeats, esta última podía alcanzar los 60,3 grados mientras jugaba a juegos como Hitman 2 y tampoco pasaba nada.
Análisis: PS5 contra Xbox Series X
Aún así, está claro que el diseño de la Xbox Series X sigue siendo significativamente mejor que el de la PS5 en la que a gestión de calor se refiere. Ahora mismo, funciona a temperaturas de alrededor de 50 grados centígrados y en, muy contadas ocasiones, tiene picos de 57C.
El caso es que sí, técnicamente una es mejor que la otra, pero unos pocos grados aquí o allá no van a romper ninguna consola. La temperatura tiene que aumentar mucho más. O, por ejemplo, si pones tu hardware en espacios relativamente pequeños (como un armario cerrado) sin circulación de aire. Ahí sí podría recalentarse, obviamente. Como cualquier otro aparato.
En resumen, que nadie se ponga nervioso. Aquí no pasa nada.
